Por Patricia Jaraquides
Twitter: @pjaraquides
Colaboradora de Aula de los recursos
En educación se mide muchas veces el éxito o el fracaso de un alumno mediante la comparación con el resto de estudiantes, así, un niño está en la media, por encima de la media o por debajo de la media.
De esta manera, se valora al grupo en general y no las capacidades individuales de cada niño. Sin embargo, el profesor de la Universidad de Harvard, Todd Rose, defiende que reconocer la individualidad del niño es la única y mejor manera de apoyar su aprendizaje.
Todd Rose ha publicado un libro llamado «El fin de la media» en el que critica abiertamente la educación de masas en la que todo está estandarizado: los niños se rigen por el mismo criterio, no se valora la capacidad individual y se clasifica a los niños en función de una media.
Antes de que Todd Rose llegara a ser profesor en Harvard fue un alumno fracasado, abandonó la escuela y tuvo trabajos con un salario mínimo. Sin embargo, decidió cambiar aquello, estudió por las noches, se graduó en la Universidad como el primero de su clase y ganó una plaza de posgrado en Harvard. Estaba claro que, pese a ser calificado en su colegio como «por debajo de la media», capacidad no le faltaba.
¿Cuántos niños no habrán recibido el estímulo suficiente?, ¿cuántos abandonaron los estudios porque estaban por debajo del nivel del grupo?, ¿cuántos pensaron que eran menos que sus compañeros?
«Dejemos de pensar que podemos predecir el potencial en cada uno de los individuo y enfoquemos nuestros esfuerzos ya mismo en crear condiciones favorables para tanta gente como sea posible, y veamos qué pasa», es la apuesta de Rose por mejorar la educación.
Todd Rose propone abandonar todos estos promedios y lanza tres ideas básicas que debemos tener en cuenta para mejorar nuestra forma de pensar acerca de los niños:
- Sus puntos fuertes y débiles son complejos y muy específicos.
- Los niños muestran características diferentes en diferentes circunstancias.
- Todos los caminos hacia el éxito son individuales.
¿Cómo deberíamos pues evaluar el aprendizaje del niño? La idea de Rose es que se debe hacer de forma individual, nunca en comparación con otros niños y jamás creando promedios, porque esto no tiene ningún tipo de relación con la capacidad del niño y sus habilidades.
Se trata de no predecir qué será del niño cuando crezca, es decir, no dar por sentado que si suspende, será un fracasado, y si saca buenas notas tendrá éxito futuro. Se trata de crear unas condiciones para los niños puedan desarrollar sus habilidades de forma individual.
Esta teoría de Rose, no es la única, y otros muchos métodos como el Montessori apuestan por estimular la capacidad individual del niño, sin embargo, son teorías que todavía hoy no acaban con el viejo sistema educativo, ¿por qué será?
Calificar a los alumnos debido a sus notas es un error. No todo el mundo tiene la capacidad suficiente para memorizar datos y, esto, si no lo cambiamos por un aprendizaje cualitativo, que lleve al alumno a motivarse, a aprender, será una grandísima equivocación. ¿Por qué nos concentramos sólo en las notas, en lo memorístico? ¿No se dice que hay que formar a personas críticas, que piensen, que imaginen? ¿Por qué seguimos obligando a memorizar? Memorizar mata la creatividad; hace que nos convirtamos en máquinas, que perdamos la motivación que nos empuje a seguir aprendiendo… y, consecuentemente, memorizar hace que unas personas logren el éxito o el fracaso escolar. A unos se les da bien memorizar. A otros no. A unos se les da bien las matemáticas, a otros la lengua. Es lo mismo. Tenemos que cambiar el concepto de la memorización para que todos los niños tengan las mismas oportunidades de éxito en el colegio.
Alba Caraballo, editora de GuiaInfantil.